BlogPlayas

Rincones marineros del norte de Ibiza

By 29 agosto, 2019 julio 8th, 2020 No Comments

El norte de la isla de Ibiza destila las mejores esencias naturales del mediterráneo pitiuso: aguas claras, calas escondidas, agrestes acantilados de bosques rebosantes, tentadores senderos… Un paraíso en el que vale la pena dejarse llevar por la intuición y las invitaciones del entorno.

Para los que no dispongan del tiempo suficiente como para guiarse por el azar y descubrir esos rincones de forma casual nos permitimos la libertad de seleccionar un escogido puñado de ellos. Su denominador común es que comparten el encanto marinero de las auténticas calas de pescadores.

Empezaremos por dos de las que más apartadas están de las rutas turísticas habituales: el Port de Ses Caletes y Es Portitxol. El Port de Ses Caletes se halla ubicado en el municipio de Sant Joan, en la zona de Sant Vicent de Sa Cala. Este precioso rincón está conformado por una cala de piedra y grava en forma de media luna, al abrigo de un prolongado saliente rocoso que conforma un entorno pintoresco. Se llega por un sinuoso desvío de la carretera de Sant Joan a Sant Vicent. Las casetas varadero son el único testimonio de actividad ya que la cala no tiene servicios de ningún tipo. Un paraíso para la paz y los sentidos.

ok__0003_caletes_ IMG_6157

Port de Ses Caletes

Si nos dirigimos a la zona de sant Miquel, hacia poniente, tenemos Es Portitxol. Sin duda la que más nos va a exigir para llegar a ella. Y es que como buena cala recóndita que se precie, a es Portitxol solo se puede acceder andando por una pequeña senda que parte desde la parte inferior de la urbanización Isla Blanca. A este punto de partida se llega tomando un desvío de la carretera que va de Sant Miquel a Sant Mateu. Sobrepasada la urbanización, el camino asfaltado se pierde y queda transformado en una pedregosa bajada que nos llevará a los pies de la fachada marítima del conjunto de acantilados que caracterizan esta parte de la isla. Es aconsejable llevar calzado cómodo y agua suficiente para la ida y la vuelta. El paseo nos regalará vistas fabulosas hacia el mar y la cala nos recibirá, al cabo de unos 30 minutos de camino, con una ensenada privilegiada salpicada de casetas varadero. Desde allí, los pescadores salen con sus llaüts a practicar la pesca artesanal de siglos atrás y nosotros tendremos la enorme fortuna de respirar hondo y absorber la esencia marinera del mediterráneo, antes, durante y después del chapuzón de rigor, por supuesto.

ok__0000_portixol_IMG_3796

Es Portitxol

También en la zona de Sant Miquel, concretamente en el Port de Sant Miquel, nos espera la que posiblemente sea la más pequeña de las joyas en materia de calas pesqueras. Hablamos del Caló des Moltons, de apenas 20 metros de longitud. Pero ya se sabe que las mejores esencias se sirven en frascos pequeños… Se llega a ella por un estrecho senderito que sale a la izquierda de la playa principal del Port y alberga un chiringuito donde degustar sardinas con los pies descalzos.

ok__0001_iStock-692915152_high

Caló des Moltons

Si volvemos al lado de levante, hacia el este, ya en la zona de Sant Carles, podemos llegar con mucha comodidad, siguiendo las indicaciones a Pou des Lleó, al Canal d’en Martí, un auténtico puerto natural con casetas y varaderos a ambos lados. Al fondo, una agradable playita con un pequeño dique desde el que vislumbrar el fondo transparente. Merece la pena reparar en la simplicidad y encanto de algún varadero descubierto, construido aprovechando las zonas rocosas más planas, y consistente en dos simples líneas de vigas de madera, normalmente sabina, que se sumergen en el mar.

IMG_7650_caladenmarti

Canal d’en Martí

Nuestros sentidos, incluyendo el gusto, van a ser sobradamente recompensados en Cala Mastella. Un prototipo de pequeño puerto pesquero anclado en una calita encantadora. Al muellecito que se alza en un lado de la cala, construido a mano, de forma rudimentaria pero eficaz se amarran los llaüts que a mediodía traen el pescado fresco que se servirá en una caseta de pescadores reconvertida en chiringuito que se ha convertido en una cita gastronómica mítica: El Bigotes. Auténtica comida de pescadores en su propio ambiente y cocinado por ellos mismos. Al fondo de la cala hay una playa de arena amplia que cuenta también con un pequeño quiosco.